I N I C I O
P O E S Í A S
B I O G R A F Í A
H E R Á L D I C A

Categorias

amistadcarmelitanasinquietudjuvenalialas gemasmagisternagorenavarranavidadpersonalreligiosasselectastranscendentevariosverso librevirgen maría


VERSO LIBRE

Poemas

• ciudadela de iruÑa
• ofertorio
• primavera 1979
• salmo 70

Núm. 498
Categoria: VERSO LIBRE

OFERTORIO


Llegándome en silencio hasta tu lecho,
para no despertarte,
veo que estás dormido, pequeño nieto mío
y tu rostro es un sol en esta noche
de piélagos azules y atónitas estrellas.
He venido hasta aquí, pisando suavemente,
para que no se asusten tus nueve primaveras,
tímido cervatillo,
que galopas al flanco de tus sueños
en un cielo redondo de sonrosadas nubes,
-custodia recamada de azucenas,
espigas y amapolas-
en este día azul, en el que has hecho
tu Comunión Primera.
<<>>
Mirándote de cerca, me parece que sueñas
y que, soñando, ríes.
Esa leve sonrisa,que florece en tus labios
y llega de otro mundo vagamente entrevisto
derriba mi dureza y aquí estoy de rodillas,
para besar tu pálida carita
y besándote a ti, besar a Cristo,
que dormita en tu pecho.
Besar a Dios en esa carne joven,
besarlo en el pesebre de tus manitas juntas,
que acaso un día elevarán el Cáliz
y la sagrada Hostia,
cuando al correr del tiempo quieras ser sacerdote.
¿Sabes? Yo te he ofrecido como víctima incruenta
y tu madre presiente desde el primer latido,
que en estas mismas manos se inmolará el Cordero
para el banquete celestial que apaga
toda la sed y el hambre del corazón humano.
Hoy te ofrezco otra vez sobre la blanca
patena de tu lecho,
tierna hostia dormida,pequeño Cristo mío,
que sonríes lejano cruzando las manitas.
¡No dejes que se escape tu tesoro!

Tienes a Dios contigo.
Dile en tus sueños que te elija, pide
que te llame muy pronto
y seas digno de llevarlo en alto
sobre un mundo mejor que éste de ahora,
El tiempo se desliza inexorable
y ya dentro de poco,
en la última etapa de mi vida,
cuando el fragor de la agonía empiece,
con esas manos, sacerdote eterno,
tú me traigas a Cristo y me confortes
con el Viático y la Unción de los enfermos,
para emprender, ungido, la postrera jornada.
Que Jesús te bendiga, pequeño nieto mío,
en esta noche azul,en la que has hecho
tu Comunión Primera.

Reservados todos los derechos.
Se autoriza la reproducción total o parcial de las poesías en Internet,
citando siempre la procedencia y con un enlace a esta página.
2006-2024 © José María Zandueta Munárriz.